Acompañando la crisis vital

Acompañando la crisis vital

Acompañamiento en la crisis vitalTodos los seres humanos, vivimos y convivimos en algún momento de nuestra vida o en varios momentos de nuestra existencia con la crisis vital. Pero, si existe un profesional que en su día a día convive con las personas en crisis este es el profesional sanitario. Por ello, es importante que los profesionales sanitarios sepamos qué es una crisis vital, que características tiene y como podemos acompañar a las personas en esta situación.

¿Qué es la crisis vital?

Partiremos pues de una pequeña descripción de la crisis vital para entender de que estamos hablando. La palabra crisis proviene del griego “Krino” que significa “cruce de caminos” y esta etimología define muy bien la situación de crisis(1).

La crisis vital es un desequilibrio, es un punto de inflexión que aparece en un espacio de tiempo determinado. La crisis es una encrucijada, una ruptura, un antes y un después . La persona seguía un camino con sus recursos  en su día a día, y la crisis supone una ruptura en ese camino. Sus recursos habituales fallan y se encuentra ante la encrucijada de seguir adelante y avanzar, o bien retroceder.La crisis, supone un fallo en nuestros recursos y nos vemos incapaces de enfrentarnos a la situación entrando en conflicto.La persona entra entonces en una fase de desequilibrio.

Si la crisis se supera de forma eficaz se producirá una adaptación y un avance, aunque también, puede llevar a una desadaptación. Por ello, es importante acompañar bien a la crisis, para permitir una correcta superación de la misma y favorecer que la superación de la crisis sea para la persona una oportunidad de crecimiento personal.

 La crisis tiene varias fases:

– En la fase aguda, que aparece de forma inmediata al hecho desencadenante de la crisis,  la persona siente ansiedad, ira, irritabilidad, hipervigilancia… También manifiesta reaccionestardías como el llanto, los gritos, la agitación.

– La fase de reacción dura entre una o seis semanas de promedio. Surgen los sentimientos que se han retenido en un primer momento y la persona puede vivir sentimientos abrumadores. Existe ansiedad, tensión muscular, temor a regresar al evento. La persona se siente triste y dehumor lábil.

Fase de reparación, dura entre uno y seis meses. Las reacciones bajan de intensidad y no son tan abrumadoras. La persona siente el dolor pero es más llevadero. Poco a poco la personarecupera denuevo su interés por el día a día y empieza a planificar denuevo planes defuturo.

Fase de reorientación dura aproximadamente seis meses o más. En esta fase la persona integra y asimila la situación vivida. Se produce una readaptación a la vida cotidiana. El estrés se reduce de forma significativa.

 Los profesionales sanitarios, debemos conocer estas reacciones y entender que son reacciones absolutamente normales y saludables ante determinadas situaciones, como por ejemplo, una pérdida. Es importante saber que, aunque sea una situación dolorosa, es una situación que permitirá asimilar más adelante la pérdida vivida.

A menudo, nos preguntamos como podemos acompañar a estas personas, pensamos que debemos realizar muchas cosas, o formarnos en técnicas complejas. La realidad esmucho más simple, las personas en crisis necesitan acompañamiento y escucha. Evidentemente, cuando sea necesario y la situación resulte muy abrumadora o conduzca a la aparición deunapatología, como por ejemplo, la depresión, sí será necesaria la intervenciónde un especialista.

Ahora bien, los profesionales sanitarios somos los que a menudo compartimos el día a día de las personas en esta situación, y por ello nosotros debemos tener recursos para acompañar a estas personas.

 Si bien hay muchas herramientas para acompañar el sufrimiento ajeno, nosotros como profesionales sanitarios que compartimos la cotidianidad de la persona en situación en crisis tenemos la herramienta más poderosa, la escucha activa.

La escucha activa significa escuchar y además comprender la comunicación desde el punto de vista del emisor, consiste en utilizar todos los recursos que poseemos para escuchar consciente e concernidamente a la otra persona aunque lo que diga vaya en contra de nuestras ideas.

De esta manera hay que hacer una distinción entre los conceptos de “oír” y “escuchar”.Oír es simplemente percibir vibraciones de sonido. Mientras que escuchar es además de eso, deducir, entender o dar sentido a lo que se oye. La escucha activa hace referencia a la habilidad de escuchar no sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los emociones y pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo.

Existen unas habilidades que nos ayudarán a escuchar activamente y permitir que el otro se sienta escuchado:

  1. Empatizar:Escuchar activamente las emociones de los/as demás es tratar de ponerse en lugar del otro. Es escuchar lo que piensa y siente y hacerle saber que entendemos lo que siente esa persona. No se trata de mostrar aquello que no sentimos, simplemente, que tenemos la capacidad de ponernos en su lugar. Para demostrar que tenemos empatía hacia una persona utilizaremos frases como: “entiendo lo que sientes…..”; “se lo por lo que estás pasando….” “comprendo cómo te sientes…”.” No debe ser fácil.” “Debe se una situación muy difícil…” También yo si fuera tú y en esa situación…
  2. Comentar. Este término significa decir con nuestras palabras lo que parece que la persona que está emitiendo el mensaje ha dicho. Es muy importante en el proceso de escucha ya que de esta forma compremos lo que el otro está diciendo permitiendo verificar si realmente se está entendiendo y no lo que se dice. Utilizamos expresiones como: “Por lo que percibo, lo que pasaba era que…”, “¿Quieres decir que pensaste…?”. Reformulación (podemos repetir lo que ha dicho) Con esto mostramos que escuchamos y entendemos.
  3. Cumplidos. son expresiones agradables que damos a otras personas o que recibimos de ellas, quiere decir que decimos algo positivo a otra persona o lo recibimos. Los cumplidos hacen que tengamos una situación de bienestar con nosotros/as mismos/as. Se utilizan expresiones como por ejemplo: ¡Qué bien has actuado!, ¡Qué bonito tienes el pelo!, ¡Eres muy atento!… Refuerzo positivo ( cuando estoy hundido no veo lo positivo de mí)

 

  1. Resumir: lo que hacemos mediante esta habilidad es comunicar a otras personas nuestro grado de entendimiento sobre lo que escuchamos. Se pueden utilizar expresiones como: ” Si no he escuchado mal…; “Vamos que lo que me estás diciendo es…”… También se denomina reformulación.

Para aprender a realizar una escucha activa solo podemos practicar y practicar, no existe otra fórmula mágica para aprender. Aunqueparezca una habilidad sencilla, generalmente no las aplicamos y por ello a menudo cuesta no intervenir, no dialogar, no interrumpir… La actitud de escucha activa no suele ser una respuesta natural, es una respuesta aprendida y adquirida.

Si la persona que acompañamos está en crisis y conseguimos escucharle de forma activa, veremos como ésta se siente acogida y como su proceso de crisis vital es mucho más llevadero. Si los profesionales sanitarios nos formamos en este tipo de habilidades y las desarrollamos, las personas que acompañamos se sentirán acogidas y humanizadas y nuestro trabajo diario será mucho más satisfactorio y enriquecedor.

En definitiva seremos personas que acompañan personas, personas que se enriquecen mutuamente en su día a día profesional y personal.

No perdamos la oportunidad de escuchar, aprender y de crecer en las crisis.

 

Begoña García Gallegos

DUE. Counselor. Especialista en Inteligencia Emocional

Colaboradora empresa 5 Serveis

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