Afrontando la Tercera Edad
Problemas cuando llegamos a la Tercera Edad
Supone un serio problema, y no solamente económico, al alcanzar determinadas edades, el tener que pagar servicios de cuidadores para poder tener la atención que necesitamos. Significa en principio, que no disponemos de personas de la familia que nos atiendan convenientemente, por lo que se convierte en algo complejo y subjetivo. Estamos poco seguros respecto a las coberturas que nos pueden ofrecer las autoridades locales, (Ayuntamiento, Comunidad, Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales etc.), así como la accesibilidad de los mismos, y si son factibles de acceder, considerando además la circunstancia de que sea necesario requerirlos a largo plazo. Al igual que en otras áreas, para oportunidades de financiación, cuanto antes nos informemos y lo planifiquemos será mejor.
En los estudios que realizan nuestros políticos, economistas, universidades etc., así como los ministerios involucrados en la planificación de costes de dependientes a largo plazo, se supone que harán una gran cantidad de cambios en sus opciones y decisiones, necesarias para ejecutarlas en su gestión presupuestaria. Todas las mejoras que se implementen en este sentido, por fuerza tendrán que ser analizadas detenidamente, por un lado a causa del notable incremento de pensionistas y dependientes, ya que la esperanza de vida es cada vez mayor; y por otro, la baja natalidad registrada los últimos años en nuestro país, agravada además por la escasa creación de empleo. Por todo ello se ve comprometido seriamente el futuro de la financiación pública.
No se trata de crear preocupaciones innecesarias sobre lo que está ocurriendo en otros países: venta de propiedades para pago de cuidadores en residencias, recurrir a gestores financieros, anticipos sobre el valor de la vivienda, hipotecas inversas, etc. etc. Asimismo, las consecuencias que conlleva y es lo que podríamos llamar interés adicional como medicinas, pedicura, peluquería etc., a los cuidadores en residencias y otras opciones para la financiación.
El futuro de las generaciones venideras
¿Y a qué viene este artículo? – Pues a que podamos ser optimistas sobre el futuro que espera a nuestros hijos y nietos, los cuales vivirán mucho más que nosotros, muchos más años, y deseamos ¡claro está! que alcancen los 100 años que se prevé; pero sin ser más pobres, y puedan disfrutar hasta esa edad, financiando su jubilación sea a los 65, 67 ó 70 años sin necesidad de aportaciones personales. Ya se oyen opiniones muy preocupantes de que en 28 países de la Comunidad Europea, se especula con que los estados no podrán financiar las jubilaciones y haya que recurrir a aportaciones personales a fondos.
Por primera vez, la esperanza media de vida ha pasado de 85 años para las mujeres y de 82 para los hombres, lo que significa 10 años más de media que en la década de los 70. Generalmente se asocia con un mayor gasto sanitario, lo que no quiere significar que por vivir más años no seamos más pobres o que no haya más pobres a pesar del fuerte incremento, hasta el 9,3% del PIB (unos 99.000 millones de €), y que no parecen excesivos comparándolos con otros países de nuestro entorno. A pesar de los factores que presionan hacia un incremento del gasto, debido al aumento de la población por envejecimiento, desempleo, enfermedades crónicas, mayor demanda de servicios, etc. se está reduciendo el ritmo de las aportaciones públicas a causa de la crisis económica; y las provisiones de la actividad sanitaria ha descendido a un gasto medio por habitante entre 2.500 y 3.500 €.
Volviendo al principio de este artículo, lo que se quiere decir es que los sucesivos gobiernos han ido haciendo promesas al electorado que no se podían cumplir; y con el sistema de la base de impuestos que disponemos, estamos hipotecando a las siguientes generaciones. Hace unos meses se ha publicado que los españoles trabajan 6 meses al año para pagar impuestos. Las rentas de trabajo están triplemente gravadas con el impuesto sobre la renta, Seguridad Social TBI, IVA, TRU, y otros. Sin futuras reformas, los jóvenes estarán desilusionados, a causa de las subidas de impuestos o por una reducción de beneficios por parte de los organismos públicos. Se podrían bajar las cotizaciones a la Seguridad Social del lado de las empresas, incluyéndolas en el sueldo de los trabajadores, y así se podría decidir si pagar un plan público o uno privado, pues se están pagando más impuestos que hace 4 ó 5 años y estos se están destinando a engordar el gasto público.
Aumento de las Personas Mayores en todo el mundo
Ahora que se está proclamando una bajada de los impuestos, no se sabe cómo se obtendrán los recursos suficientes para atender las necesidades derivadas del aumento de la población de mayores, y se aconseja una reforma urgente de las pensiones. Si el denominado estado de bienestar nos cuesta al año 183 días de nuestros ingresos, debemos plantearnos si la calidad de los servicios que obtenemos se adaptan o no a lo que pagamos. Debemos mentalizarnos en el sentido de que, aproximadamente el año 2050, España será la segunda población de mayor edad del planeta. Hablando de cifras, el año 2013 el total de pensiones contributivas ha alcanzado a 9.109.706 personas, siendo 5.487.364 por jubilación, 2.341.110 por viudedad, 932.245 por incapacidad permanente, 311.196 por orfandad y 37.791 por ayudas familiares. La Seguridad Social ha destinado 7.843,4 millones de euros hasta octubre del pasado año. La pensión media por jubilación se ha situado en 984 € mensuales; en cuanto a la pensión media del sistema, que comprende las distintas clases de pensión: jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y a favor de familiares es de 860 € mensuales.
Aunque el autor del presente artículo haya podido perderse por los cerros de Úbeda o por los de Baeza, lo que ha pretendido decir es que existe en la actualidad una población de 16.800.000 trabajadores en activo, que aportan sus cuotas al sistema; a ello hay que añadirle, claro está, las reservas acumuladas de años anteriores, con que mantener la citada cifra de 9.109.706 personas, las cuales en muchos casos, abonan también su cuota de impuestos sobre los beneficios sociales percibidos.
Pepe Gutierrez
Presidente de Jubilbbva