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Biogerontología ¿se puede vivir más y mejor?

hombre mayor sonriendo y con un paisaje de fondoLa senescencia o envejecimiento, como más comúnmente lo conocemos, es un conjunto de modificaciones morfológicas y fisiológicas que aparecen con el paso de los años, motivo de preocupación, desde hace tiempo, en nuestra sociedad. La esperanza de vida de la población ha aumentado y podemos considerarlo un gran éxito de las políticas públicas y el desarrollo socioeconómico, aunque también tenemos un reto importante por delante, en el que debemos adaptarnos a esta nueva realidad a la que vamos encaminados. Con el envejecimiento empieza el deterioro paulatino de nuestros órganos y sus funciones asociadas. Enfermedades como la demencia, enfermedades cardíacas, articulares y algún tipo de cáncer se relacionan con este proceso. Y es por este motivo que la investigación a nivel celular de este proceso está recibiendo una especial atención. 

Biogerontología: la ciencia que estudia el envejecimiento

Envejecer forma parte de nuestra vida y los avances científicos empiezan a arrojar luz sobre los mecanismos implicados en esta degeneración natural que sufrimos los seres vivos. Según Guillermo López Lluch, investigador del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo “la biogerontología estudia el envejecimiento desde varios puntos de vista: biológico, celular, fisiológico, médico, genético, funcional o  epidemiológico, entre otros”. Es decir, no se trata de envejecer más (el límite biológico del ser humano está entre 114 y 116 años), sino mejor, con calidad y sin perder independencia, es decir, envejecer de forma saludable.

La biogerontología se centra a nivel molecular y genético, estudiando el por qué unas personas envejecen más rápido que otras o qué características hacen especiales a los longevos. Nuestro estilo de vida, nuestra nutrición o el ambiente determinan diferencias entre unas personas y otras en su vejez. Han descubierto que variaciones genéticas que predisponen a las enfermedades degenerativas o que promueven una mayor capacidad muscular a pesar del envejecimiento natural.

Otro de los ámbitos estudiado es la inmunosenescencia, referente al sistema inmune del ser humano y como cambia a lo largo de los años. Se ha descubierto que con el paso del tiempo desarrollamos más procesos inflamatorios que nos llevan sufrir trastornos como la famosa artritis, la aterosclerosis o incluso la obesidad.

Envejecimiento activo de nuestra sociedad

Con el envejecimiento el metabolismo cambia. Según López Llúch, no podemos luchar contra el envejecimiento pero siempre existen unas pautas clave para conseguir una vida más longeva y de calidad:

–   Realizar ejercicio físico de forma regular, ya que ayuda al cuerpo a regenerarse y mantener su punto de equilibrio biológico. Según unas investigaciones realizadas con ratones, practicar ejercicio producen más enzimas que intervienen en los procesos antienvejecimiento del organismo.

–   Llevar una dieta sana y equilibrada, en la que no pueden faltar una gran cantidad de productos frescos: aceites, vegetales, frutas, etc, alimentos ricos en polifenoles y antioxidantes que activan el organismo.

–    Tener una vida social activa ayuda a mantener activo el cerebro y sus células y promueven su funcionamiento.

La Organización Mundial de la Salud define el envejecimiento activo como el proceso en que se optimizan las oportunidades de salud, participación y seguridad a fin de mejorar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen. El envejecimiento activo permite que las personas realicen su potencial de bienestar físico, social y se centra en las personas mayores y en la importancia de dar una imagen pública positiva de este colectivo. 

El Tercer Sector el mayor colectivo de nuestra sociedad

La proporción de Personas Mayores crece en todo el mundo más rápidamente que cualquier otro grupo de edad. Una preocupación que aumenta más rápido que nuestra esperanza de vida. Debemos empezar a replantearnos seriamente un nuevo concepto de envejecimiento y una serie de medidas y propuestas por parte de toda la sociedad. Imprescindible será poner en marcha unos hábitos de vida saludables, la igualdad de oportunidades, el fomento de la autoestima y la participación de las Personas Mayores en nuestra sociedad, desde su experiencia, sus valores, la familia o la comunidad. En el año del envejecimiento activo se llegó a la conclusión que en términos globales, las políticas de envejecimiento activo contribuyen al desarrollo económico y a la competitividad de las regiones europeas, influyendo en el mercado, en la sociedad y en la creación de empleo.

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