El estrés del jubilado
Llegó la hora de jubilarse:
Después de haber dedicado la mayor parte de nuestra vida a trabajar, llega el esperado momento de la jubilación. Sin embargo en muchas ocasiones la ansiada felicidad que debía suponer tener todo el tiempo disponible para hacer cuanto queramos no llega. Muy al contrario la idílica situación se convierte en una trampa en la que nos sentimos inservibles y deprimidos.
Como cualquier cambio sustancial, requiere un periodo de adaptación de entre seis meses y un año, durante el cual deberemos acostumbrarnos a nuevos horarios, nuevas rutinas y a ser más responsables con nuestro tiempo de ocio ya que durante la mayor parte de nuestra vida se ve mermado y sometido a diversas responsabilidades. Sentimientos de inutilidad y de aburrimiento son comunes al tener que dejar un rol en el que nos sentíamos cómodos y comenzar una vida nueva.
Hobbies y Relaciones Sociales del jubilado
Las personas que durante su vida han mantenido hobbies y relaciones personales fuera del trabajo pueden vivir la jubilación de una manera menos estresante que aquellas que dedicaban mucho tiempo a su profesión siendo esta su única fuente de satisfacción y relaciones sociales. En este sentido las mujeres suelen estar más preparadas para la jubilación.
La jubilación de uno de los miembros de la pareja también puede causar crisis matrimoniales motivadas por compartir un tiempo en pareja que antes no estaba accesible y por el reparto de las nuevas tareas que ahora puede hacer la persona jubilada.
Para que esta nueva etapa del ciclo vital sea lo mas placentera y menos traumática posible es necesario que las empresas ayuden a sus trabajadores en edades cercanas a la jubilación con medidas de diversa índole como reducción gradual de su horario laboral, cursos de asesoramiento ante la jubilación, o la posibilidad de mantener un empleo parcial o voluntario después de jubilarse. Esta es una manera de agradecer al trabajador los años de esfuerzo y servicio dedicados a la empresa.
Por su parte la persona que se jubila tiene que tomar la iniciativa de su propia vida y esforzarse de una manera activa en adaptarse a la nueva situación.
La vejez moderna
Gracias al aumento de la longevidad y la calidad de vida de las personas mayores, la jubilación puede ser una de las etapas más felices y completas de la vida. En la denominada “vejez moderna” las personas mayores se implican cada vez mas en voluntariados para ayudar a los demás, actividades formativas de diversa índole, turismo y actividades deportivas en detrimento de la vejez tradicional con un ocio mas pasivo.
Hacernos responsables de nuestro tiempo al llegar a la jubilación puede suponer que en esta etapa descubramos nuevas capacidades que nunca creímos tener y disfrutemos de placeres para los que nunca tuvimos tiempo.
Irene Fernández Herráez
Neuropsicóloga cognitiva especialista en gerontología