La experiencia nunca es un fracaso
Ayer por la tarde hablaba con una Persona Mayor. Me explicaba con palabras, pero sobretodo con el brillo de sus ojos, lo ilusionada que estaba porque creía que había encontrado un amante con quien compartir maravillosos momentos.
En un momento dado de la conversación me dijo que se sentía una fracasada, que todas las relaciones que había mantenido hasta el momento no habían ido bien y que todo y que estaba encantada con su nuevo estado emocional, le daba vértigo el volver a fracasar.
He de decir que es una persona muy capaz, valiente, bella por dentro y por fuera y con unas ganas de vivir intensas. No tiene motivos para sentirse fracasada, pero su cerebro hasta ayer le hacía sentirse así, pero le di la vuelta a sus pensamientos y salió airosa del lugar dónde nos tomamos yo un poleo y ella una cerveza.
Y digo le di la vuelta a sus pensamientos porque somos lo que pensamos y los resultados de nuestras vidas están en función de cómo nutrimos nuestro cerebro. Nos han educado de una determinada manera. Nuestros padres, como buenamente han sabido, nos han transmitido una serie de valores y principios. Algunos humanos mientras maduramos vamos siendo conscientes de que tal vez esa forma interiorizada de hacer las cosas y de vivirlas no es la más correcta.
Sí es una opción, pero no la única. Y somos conscientes de ello al pararnos a recapacitar, a sentirnos y a ver con otros ojos otras formas de relacionarnos, que siendo diferentes nos hace sentir que nuestro yo está presente y es el mayor regalo que podemos tener. De la misma manera que en ocasiones hacemos tonterías y no por ello somos tontos, a veces nuestras historias tristes, oscuras y poco saludables nos hacen crecer y madurar, pero no por ello somos unos fracasados. Nunca es tarde para dar un giro a nuestras vidas. Sigamos pensando que los fracasos son un buen entreno para alcanzar el éxito en nuestras vidas.
Joana Ruiz Murillo
Colaboradora Grupo Retiro Barcelona