Las personas mayores LGTBI también existen y quieren que se les vea

A colación de esta semana en la que, en todo el mundo, se ha celebrado el orgullo LGTBI #worldpride2017, os queremos hablar de este colectivo, que también existe entre las personas mayores.

Ya sea porque antiguamente la sociedad no aceptaba esta condición, porque ya no tienen responsabilidades de hijos… o porque se han dado cuenta, cuando alcanzan la edad anciana, de que son homosexuales, transexuales, bisexuales o intersexuales.

La realidad es que las personas mayores LGTBI aún no se sienten visibles ante la sociedad. Esto se debe, entre otras cosas, a  que muchas personas mayores LGTBI mantienen vivo el temor al rechazo vivido durante la dictadura e intentan no relacionarse en público con otras personas homosexuales. ¡Ellos mismos son los que se censuran!

“La diversidad sexual en la vejez ha aparecido hace bien poco en los estudios sociológicos y han sido las propias personas mayores lesbianas, gays, transexuales e intersexuales quienes han impulsado y traído a la arena institucional, académica y de atención pública este campo de estudio, llamando la atención acerca de la necesidad de reconocimiento en los servicios públicos sobre sus especificidades” Afirma Marina García, trabajadora social acerca de la Vejez y Homosexualidad.

Además hay muchas residencias de ancianos en las que la gente mayor LGTBI siente que no puede vivir en libertad y expresarse sexualmente como les apetezca. Aunque poco a poco las residencias de ancianos ya se están adaptando y normalizando la situación.

De hecho, hoy en día existen ya muchas residencias de ancianos para normalizar esta situación, que cada vez es más real colectivo. Por ejemplo, En el año 2014 abrió en Madrid una residencia en la que conviven personas mayores de cualquier sexualidad.

Otra de las iniciativas recientes es la actividad, apoyada por el ayuntamiento de Madrid, que a finales del pasado abril organizó un ciclo de cine en Matadero de Madrid con el fin de dar a conocer la situación de las personas LGBTI

Otra de las opciones elegidas para el cuidado de las personas mayores es contratar los servicios de un cuidador para que las atienda en su propio hogar, la desventaja es que la posibilidad de vivir en soledad aumenta considerablemente; o, la más triste, puede “regresar al armario” con toda la carga negativa, emocional, anímica y física que ello conlleva.

“Ya podemos casarnos, adoptar, heredar de nuestra pareja,…”. Derechos adquiridos como el de poder registrarse con su nombre de mujer que Samantha no ejerció hasta hace dos años, cuando un amigo le pagó los cerca de 30.000 pesos (1.660 dólares) que se necesitaban para poder completar el trámite. “Si yo hubiera tenido el dinero me hubiera ido de viaje a Europa”, admite Samantha, una mujer mayor transexual. Y añade:

“Ojalá en 10 ó 15 años llegue a otros Estados aunque ya no estaré aquí para verlo”

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