Mediación, cuando no es fácil hablar del tema
Los cambios como origen de conflicto
Los cambios son una constante en nuestra vida. Adaptarnos a ellos es siempre un desafío. Sin duda es más fácil aceptarlos cuando los elegimos nosotros o cuando son “de crecimiento”, es decir, es más fácil mudarse a una casa más grande o más bonita que renunciar a espacio por una necesidad imperiosa de ahorrar…
Cuando el cambio implica una pérdida, o se origina en ella, la adaptación siempre requiere de una compensación, un aprender nuevas maneras de hacer lo que hacíamos…una nueva manera de vivir.
Con el envejecimiento y la dependencia, los cambios que hay que afrontar no son solo en primera persona…No solo los padece quien es protagonista sino también todo su entorno afectivo. Reconocer que la persona que conocimos ya no es más como solía ser no es fácil. Pero ello no implica que esa persona no tenga ya poder de decisión, no pueda opinar o no siga siendo protagonista de su propia vida a pesar de sus limitaciones.
Hay situaciones que parecen enfrentarnos, porque los intereses parecen opuestos, hasta incompatibles. A veces es más fácil no plantear un tema y darlo por resuelto, pero…¿quién define esa solución? ¿A qué precio? ¿ Teniendo en cuenta qué opiniones?
El precio puede ser dejarse de hablar con un hermano… o un padre o madre que por no molestar acepta lo decidido sin expresar lo que siente… o dar origen a un sentimiento de culpa que irá creciendo silenciosamente hasta ahogarnos…
Todo esto puede evitarse si sabemos afrontar el tema con transparencia, comunicándonos sinceramente, con el fin de encontrar la solución más favorable para todos.
Esto nos propone la mediación, un espacio de diálogo en el que se facilite la gestación de alternativas creativas, sin preconceptos ni intereses ocultos. En un espacio de mediación todas las piezas se ponen sobre la mesa para poder armar la mejor imagen de la situación.
¿Qué es la mediación?
La mediación es “una forma pacífica de gestionar los conflictos, en la que las partes enfrentadas, ayudadas por un mediador profesional, intentan llegar a una solución satisfactoria para todos”. A diferencia de la vía judicial, en la que las partes delegan el poder de resolver en un tercero, el juez, quien toma la decisión final, en mediación, las partes son protagonistas de la solución diseñada. Por otro lado, el fin último del proceso no es únicamente alcanzar acuerdos sino, restablecer la relación, y fomentar la comunicación entre la partes.
Es un proceso voluntario, donde nadie puede obligarnos participar, es confidencial, donde nadie puede revelar lo compartido en el espacio de mediación y es neutral e imparcial, todas las opiniones tendrán el mismo valor en el proceso.
¿Qué es un mediador y qué funciones tiene?
Un Mediador es un profesional de la comunicación al servicio de la de disputas, que son la parte manifiesta, hablada, de los conflictos. Es facilitador de un proceso conversacional en el que las partes involucradas en un conflicto deciden voluntariamente participar para llegar a un acuerdo favorable para todos.
Para lograrlo, debe generar un espacio de encuentro, acogida y confianza, en el que las partes se sientan escuchadas, comprendidas, y se predispongan a escuchar. Actúa de manera neutral e imparcial, intenta provocar en las partes reflexiones y nuevas maneras de relatar las historias. Con su intervención se hace más fácil afrontar aquellos temas de los que nadie quiere hablar pero que tan necesario es tratarlos, garantizando un equilibrio de poderes. Aportando nuevos puntos de vista y mediante preguntas distintas a las que las partes están acostumbradas a hacerse a sí mismas, facilita el diseño de alternativas creativas que habían pasado desapercibidas para las partes.
La mediación en el ámbito de los mayores
Un caso muy frecuente es la necesidad de tomar una decisión después de una internación de un mayor que ya no puede seguir viviendo solo. ¿Qué hijo puede hacerse cargo?, ¿Qué se hace con la casa? ¿Quién puede cuidarlo? ¿Qué residencia hay disponible? Todo ello debe resolverse en un entorno de prisas, tensiones y necesidades inmediatas… Otros temas pueden ser: Cuidado de padres dependientes, hermanos adultos en conflicto . Destino del patrimonio familiar, cuestiones de herencia. Restructuración familiar, relación con los nietos después del divorcio. Decisiones de institucionalización.
AMME, es la Asociación de Mediadores para los Mayores y su Entorno, ofrece un servicio de mediación especializado en estos temas, con el fin de mejorar la calidad de vida de las Personas Mayores que viven situaciones conflictivas o potencialmente conflictivas. Sus socias fundadoras tenemos el profundo convencimiento de que la mediación constituye el recurso más adecuado para gestionar los conflictos derivados del propio proceso de envejecimiento, ya sea dentro de la familia o en relación a los profesionales e instituciones que prestan servicios a las Personas Mayores.
En AMME somos conscientes de lo importante que es gestionar las situaciones conflictivas originadas por los cambios y las pérdidas que pueden experimentarse, ellas afectan las relaciones, el bienestar y la calidad de vida. No ignorarlas ni negarlas marca la diferencia.
Marcela Nora Stanek Campos. Vicepresidenta AMME.