Ola de calor, recomendaciones para los mayores
El verano trae consigo algunos riesgos. El calor excesivo es uno de ellos, en especial para las personas mayores. Ante una ola de calor, es importante tener en cuenta una serie de recomendaciones para que las altas temperaturas sean mucho más llevaderas.
Cómo evitar un golpe de calor en personas mayores
Cada verano se registran altas cifras de víctimas por ola de calor. Por ello, las personas mayores deben seguir una serie de consejos para evitar un golpe de calor:
- Beber mucha agua.
- Realizar comidas ligeras para facilitar la digestión.
- No hacer deporte al aire libre durante el día.
- Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día, las franjas horarias de mayor temperatura.
- Vestir con tejidos ligeros y holgados.
- No permanecer en el interior de vehículos cerrados.
- Utilizar accesorios como sombreros o pañuelos para proteger la cabeza del sol.
- Mantener las habitaciones frescas.
Síntomas del golpe de calor
Identificar cuanto antes un golpe de calor es de vital importancia, para mejorar el pronóstico. Estos son algunos de los síntomas del golpe de calor en personas mayores:
- Dolores de cabeza.
- Aceleramiento del pulso.
- Desorientación y mareos.
- Piel enrojecida y seca.
- Alta temperatura corporal.
- Calambres musculares.
- Pérdida de consciencia.
Efectos del calor en la tercera edad
Las personas mayores no se adaptan a las altas temperaturas igual que las personas jóvenes. Esto hace a los mayores más vulnerables frente al calor. Además, en algunos casos, es posible que la persona mayor padezca algún tipo de afección o tome algún medicamento que altere la capacidad del organismo de adaptarse al calor.
La mayor vulnerabilidad se debe a varios factores. En primer lugar, este colectivo presenta un mayor riesgo de deshidratación, ya que los mayores no son conscientes de que están perdiendo líquidos a través del sudor y tienen menos sensación de sed.
Por otro lado, su sistema termorregulador hace que no sean tan sensibles a los cambios de temperatura, y responden más tarde ante los efectos de las alteraciones térmicas.
Ante una ola de calor, la persona mayor puede experimentar sensación de somnolencia, mareos, confusión, aumento de la temperatura, náuseas e incluso disminución o pérdida de consciencia. Sin tratamiento inmediato, esto podría ocasionar secuelas graves.
Deshidratación en una ola de calor
La deshidratación en personas mayores es muy peligrosa. Una ola de calor acentúa el riesgo de sufrirla, por lo que la persona puede experimentar mareos, piel seca, cansancio, alteraciones en la orina o sequedad bucal.
Por suerte, existen alimentos para evitar la deshidratación:
- Pepino: Ayuda a reponer los líquidos del organismo gracias a su altísimo porcentaje de agua. Además, aporta potasio, fibra y vitaminas.
- Sandía: Es ideal para hacer frente a la deshidratación y aporta sales minerales, como fósforo, potasio y magnesio.
- Melón: Junto con la sandía es una de las frutas hidratantes más recomendables. También aporta manganeso, potasio y beta-caroteno.
- Manzana: Contiene un alto porcentaje de agua, además de fibra, vitaminas y antioxidantes.
- Tomate: Resulta muy refrescante y además previene el envejecimiento gracias a su alto contenido en licopeno, un potente antioxidante.
- Infusión o té: Pueden ayudar a calmar dolencias de manera natural, aparte de contribuir a la hidratación.
- Leche: Además de hidratar, es una gran fuente de calcio, que ayuda a fortalecer los huesos.
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