Relaciones intergeneracionales: abuelos y nietos
Abuelos vs Nietos
Dentro de las relaciones intergeneracionales, me voy a centrar en las relaciones entre abuelos y nietos, ya que son un vínculo muy hermoso y enriquecedor y al mismo tiempo es una relación que en mi opinión, se debería fomentar más.
Los abuelos juegan un papel relevante en la crianza y educación de los nietos, tanto positivo (asistencia, ayuda) como negativo (rigidez, mimos, intervencionismo que anula la figura de los padres…). Pocas veces se ha hablado de la imagen del abuelo como un modelo a seguir por parte de los nietos. La presencia de personas ancianas en la casa o el contacto frecuente con ellas puede tener un sentido estimulador muy positivo: aporta experiencia, testimonio de haberse abierto camino en la vida, forma realista de afrontar situaciones, confidencias y complicidad que no se tienen con los progenitores, mayor comprensión mutua, respeto y entendimiento de la vejez.
¿Cómo afectan estas relaciones intergeneracionales a las Personas Mayores?
Hay que tener en cuenta también como afecta esta relación a los propios ancianos: Neugarten y Weinstein, 1964, dicen que constituyen una experiencia muy positiva: los nietos son una fuente de renovación biológica, aporta una autorrealización emocional ya que les permite desarrollar unos sentimientos que quizás con sus hijos no tuvieron la oportunidad de mostrarlos, posibilita la experiencia de ser fuente de recursos (consejo, asistencia, económicos) se sienten orgullosos de los logros de sus nietos, se sienten valorados, lo cual influye en su autoestima, aspecto importantísimo en la vejez.
Si ha habido una relación positiva, una vez que el nieto es adulto y disminuye la aptitud del abuelo, éste se responsabiliza y ayuda a la familia en el cuidado del mismo.
Abuelos, unos segundos padres
Me gustaría resaltar el papel que ha jugado la generosidad de las abuelas con sus hijas: ¿Nos hemos preguntado alguna vez que factores han contribuido a que muchas mujeres pudieran sacar una carrera y tener trabajo? Podemos pensar en las políticas sociales que han facilitado que la mujer consiguiera trabajar fuera de su casa, o en las asociaciones de mujeres que han estado luchando por ello, en el esfuerzo individual de abrirse paso en un mundo vetado. Pero… ¿pensamos en las madres de estas mujeres? Probablemente sean uno de los factores claves a la hora de posibilitar su acceso al mundo laboral. Porque uno de los obstáculos más difíciles de derribar para introducirse en el mundo laboral es como combinar una profesión y un hogar. Especialmente en los años 60-70 que las guarderías eran un lujo o apenas existían, eran las abuelas las que se ocupaban voluntaria y gratuitamente de los nietos, de quedarse con ellos en casa, recogerles de la escuela, llevarles al médico y un sinfín de tareas típicamente domésticas y maternales. Estas mujeres que no pudieron incorporarse a la gran transformación sociológica de nuestro siglo, que no tuvieron para sí ninguna oportunidad, no dudaron en brindársela generosamente a sus hijas, a una edad que podrían perfectamente aprovechar para su propio disfrute. ¿Qué hubiera sido de esa mujer si hubiera tenido que ocuparse ella misma de los hijos? ¿De dónde hubiera sacado el tiempo y el esfuerzo para lograrlo? Estas mujeres están cumpliendo una función maternal con sus nietos, contribuyendo reservada y generosamente a una importante transformación silenciosa de nuestro siglo que es la incorporación de la mujer al mundo laboral.
Es importante y sobre todo muy satisfactorio mantener la relación con la propia familia, ya que es una de las fuentes principales de apoyo a muchos niveles. En España, la familia es la principal proveedora de cuidados a sus mayores. Seguimos siendo una sociedad que apuesta de verdad por el cuidado de sus mayores, que los quiere y atiende. Esto es gracias, entre otros factores, a la convivencia intergeneracional que hasta hace 20 años, tenía lugar en nuestro país.
Mª Amelia Hacar Martín
Psicóloga Gerontóloga
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