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7 beneficios de leer en la Tercera Edad

Beneficios de leer en la Tercera edad, Grupo RetiroLeer es beneficioso a todas las edades; ayuda a desarrollar la creatividad, la imaginación… pero cuando llega la Tercera Edad, leer se convierte en uno de los pasatiempos más importantes que ayudan, entre otras cosas, a desarrollar y ejercitar la mente.

Neurólogos y psicólogos así lo confirman y recomiendan la lectura como medida preventiva del Alzhéimer u otras enfermedades neurodegenerativas; de hecho, está demostrado que las personas que leen habitualmente son capaces de incrementar la conectividad de sus neuronas y evitar el deterioro de estas.

“Está demostrado que las personas que leen habitualmente son capaces de incrementar la conectividad de sus neuronas y evitar el deterioro de estas”

Profesionales afirman que las personas que se mantienen mentalmente activas corren un menor riesgo de padecer Parkinson, Alzhéimer y otras enfermedades.

Además, la lectura es un entretenimiento perfecto para la Tercera Edad, cuando muchas Personas Mayores reconocen no saber qué hacer con su tiempo libre; y en la lectura encuentran una gran compañía e incluso una afición que les ayuda a desarrollar la imaginación, lo que al mismo tiempo, ayuda a fortalecer su memoria.

La lectura resulta un remedio muy efectivo contra la soledad; es capaz de rellenar el hueco de la soledad con nuevos personajes, nuevas tramas, nuevas aventuras…

Como podemos comprobar, los beneficios de la lectura para la gente mayor son muchos y cada vez suman más. A continuación te dejamos una lista con los 7 beneficios de la lectura más importantes:

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  • Adiós Soledad: Tal y como apuntábamos, un libro se puede convertir en el compañero de vida perfecto para una persona mayor que su día a día no lo pasa rodeado de sus hijos, sus nietos… Cuando un libro es interesante, es capaz de dejar a un lado el hecho de estar solos y de atraparte, completamente con sus personajes, sus tramas…
  • Mejora la empatía: El hecho de que existan varios géneros literarios, da la posibilidad al lector de ponerse en el lugar de infinidad de personajes: un niño, una mujer separada, un joven aventurero, un periodista, un ladrón… Esto incrementa exponencialmente, la capacidad de comprensión hacia los demás. Está comprobado que las personas que leen con asiduidad son más empáticas que las que no lo hacen.
  • Capacidad de concentración mejorada: Leer, o lo que es lo mismo, ejercitar la mente aumenta nuestra capacidad de concentración. Esto se debe a que la lectura de una historia exige un alto nivel de concentración a la que el lector se obliga con cada relato; además, leer potencia la capacidad de observación y atención, facilita la relajación.
  • Entretenimiento: La lectura, al mantener nuestra mente ocupada y concentrada en una historia, un país, una trama… nos evade de otras preocupaciones que podamos tener. Esto es muy importante, sobre todo, una vez que hemos accedido a la jubilación, ya que es el momento en el que tenemos menos “quehaceres” diarios.
  • Mejora de la memoria: Gracias a la lectura se tiene una mejor memoria, se recuerdan mejor las cosas. A esto también contribuyen las emociones que es capaz de proporcionarnos un libro.
  • Sensación de bienestar: Una historia con “gancho” hace que liberemos tensión y relativicemos nuestros problemas.
  • Facilidad para conciliar el sueño: Puede sonar contradictorio a querer fomentar la lectura, pero es algo muy importante cuando se llega a la Tercera Edad; muchas personas a medida que pasa el tiempo sufren de insomnio y les cuesta coger el sueño. Pues bien, aquí está la solución y es que una de las mejores maneras de coger el sueño es leer un poquito antes de acostarnos. La lectura tiene un efecto relajante y liberador del estrés del cerebro.

Ya conoces algunos beneficios de la lectura para la Tercera Edad y seguro que te has convencido de que leer es uno de los mejores hábitos para entrenar la mente. Pero no hay que olvidarse de que las personas de mayor edad deben seguir una serie de pautas para llevar a cabo la lectura: aprovechar las horas de la mañana, las de mayor luz; leer libros con letra más bien grande, que no obliguen a forzar la vista; y hacerlo en un lugar cómodo y tranquilo.

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