Cuando una persona fallece dejando una deuda vinculada a su vivienda, los herederos pueden encontrarse con dudas e incertidumbre. ¿Qué ocurre con ese crédito? ¿Es posible conservar la propiedad? ¿Qué derechos y obligaciones tienen? En Grupo Retiro te explicamos qué garantías existen para los herederos en estos casos y cómo actuar paso a paso.

Plazos para cancelar la deuda

Una de las principales preocupaciones es el tiempo disponible para saldar la deuda con la entidad financiera. La legislación establece que los herederos disponen de un plazo de entre 6 meses y 1 año desde el fallecimiento del último titular para cancelar el crédito y conservar el inmueble.

Durante este periodo, los herederos pueden valorar su situación financiera y tomar decisiones informadas. La ley garantiza que, dentro de este plazo, los herederos tienen el derecho de liquidar la deuda y heredar la vivienda, protegiendo así su patrimonio familiar.

No cancelación de la deuda

En caso de no cancelar la deuda en el plazo establecido, la entidad financiera puede iniciar la subasta del inmueble. Esto puede parecer una situación desfavorable, pero no siempre lo es. Hay dos posibles desenlaces:

Si el importe obtenido en la subasta supera la deuda pendiente, los herederos recibirán la diferencia.

Si no hay pujas por la vivienda, la entidad se quedará con el inmueble, y a partir de ahí, cualquier ganancia o pérdida posterior en la venta ya no afectará a los herederos.

Esto significa que los herederos nunca asumirán una deuda superior al valor del bien heredado, una protección importante que aporta tranquilidad en un momento delicado.

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