Blog Grupo Retiro

En los últimos años se ha observado en nuestro país un creciente interés hacia alojamientos alternativos a las residencias tradicionales para personas mayores en situación de dependencia. Estas reacciones se derivan, tanto de los deseos y preferencias de las personas mayores en relación con alojamientos lo más parecidos posible a sus domicilios, como de diversos hallazgos procedentes del ámbito de la gerontología y de la discapacidad funcional.

Mientras que en España se consolida este modelo residencial, en otros países como Holanda, Suecia o Reino Unido se ha experimentado, desde la década de los 90, un profundo cambio en el modelo de atención, mucho más centrado en las preferencias de las personas y el respeto a su intimidad y derechos individuales. Quizás, una de las causas más claras de este cambio, resida en el deseo de las personas de envejecer en casa, generalmente en la casa donde han vivido toda su vida hasta que sea imprescindible abandonarlo, en el caso de que se produjeran determinadas discapacidades. Por lo que a través de estas manifestaciones, se puede ver el valor del entorno doméstico y cotidiano, orientando así al diseño de alojamientos que mantengan las características de “hogar” en el caso de personas, que por sus necesidades o las características del entorno habitual, no pueden permanecer viviendo en él con un mínimo de calidad.